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Una fe profunda y fuerte

Tenemos un árbol de pino en nuestro patio trasero.  Es muy grande en tamaño, fuerza y perseverancia.  Hace unos 30 años, cuando yo tenía cinco, el árbol tenía tres cuartas partes de su tamaño actual.  En aquella época, un tornado pasó cerca de nuestra casa.  Fue tan fuerte que partió el pino por la mitad.  A pesar de esta adversidad y destrucción, el pino encontró su camino.  En el centro del árbol se puede ver donde las ramas se juntaron y crecieron como para compensar el tronco que se perdió.  El árbol sigue creciendo. ¡Sigue siendo una aventura para los niños escalar! Sigue siendo una belleza que temo y amo al mismo tiempo.

Mientras miro este árbol, me pregunto si mi fe en Dios es igual de inmensa. ¿Dónde crecen mis raíces? ¿Qué tan profundos y anchos son? ¿Están sólidamente formados en Cristo con el conocimiento de que Él siempre estará allí y nunca me dejará caer? ¿Me arrancaría un “tornado” del suelo o simplemente me partiría por la mitad? Si todavía estoy plantado, Dios me ayudará a levantarme y continuar prosperando. La comunidad de Dios me rodeará, compensará mi rama faltante, recordándome que me adapte y crezca hacia arriba.

Dice en Jeremías 17:7-8, 

"Dichoso el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor.  Es como un árbol plantado junto al agua, que echa sus raíces junto a la corriente, y no teme cuando llega el calor, porque sus hojas permanecen verdes, y no se angustia en el año de sequía, porque no deja de dar fruto".

Al igual que las extensas raíces que debe haber debajo de mi árbol gigante, nuestra fe en Dios crece a medida que profundizamos en Su palabra, le buscamos siempre a Él y a Su voluntad, y oramos.  Él nos mantiene fuertes y robustos, a pesar del mundo quebrantado que nos rodea y que puede quebrantarnos o derribarnos. Nunca caeremos porque siempre tendremos raíces en Él.  Nunca dejaremos de crecer, de tener aventuras, de llevar alegría a los demás.  

Que estés arraigado en el amor y lleno de la plenitud de Dios como dice en Efesios 3:16-19,

"Para que, conforme a las riquezas de su gloria, os conceda ser fortalecidos con poder en vuestro interior por su Espíritu, para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios."


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Anteriormente era maestra, consejera y entrenadora personal, Kristin Ryan ahora ama ser ama de casa. Como alguien que ha encontrado el Cristianismo más recientemente, disfruta aprender y crecer en su fe y está emocionada de compartir su experiencia con los demás. Kristin y su esposo, Casey, tienen 3 hijos pequeños (uno nació durante la pandemia) y un perro grande.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Liliana Daza es la hermana mayor de 4 hijas de una familia colombiana muy conservadora. Oriundos de un pequeño pueblo ubicado en el Oriente de Colombia en frontera con Venezuela donde creció y pasó su niñez. Luego se mudó a la capital para terminar sus estudios superiores en el área de tecnología. En el año 2011 se trasladó a los Estados Unidos junto con su familia debido a una oportunidad laboral. Desde temprano, Liliana ha sentido un llamado para servir y apoyar a la comunidad, por lo que aprovecha cada oportunidad que Dios pone en su camino para este propósito. Liliana disfruta de un buen café negro, viajar, comer buena comida, especialmente cuando viaja. Liliana hace parte de la Iglesia Willowdale en español casi desde sus inicios.