Sobregiro

Hace varios años, la iglesia a la que asistía tuvo un gran impulso para dar financieramente, ya que había múltiples proyectos que necesitaban ser financiados. Aunque yo estaba trabajando en ese momento, estaba luchando para llegar a fin de mes, pero después de escuchar historias de cómo Dios había provisto para muchos que eligieron dar abundantemente, decidí hacer lo mismo. Es posible que hayas escuchado, como yo, historias de cómo alguien dio más de lo que realmente podía pagar, y luego la semana siguiente recibió un cheque anónimo en el correo por la cantidad exacta de una factura que tenía. Estaba segura de que, si daba, Dios me bendeciría instantáneamente a mí y a mis finanzas, y todo se arreglaría. Bueno, unas semanas más tarde terminé sobregirando mi cuenta corriente y seguí luchando financieramente. Estaba decepcionada y honestamente enojada con Dios. Le había dado a Él, así que ¿dónde estaba mi recompensa terrenal? Un cargo por sobregiro no me parecía una gran recompensa. 

Desde entonces, he llegado a ver los errores de mi pensamiento. He sido colmada de la gracia de Dios y de esa gracia debería surgir el dar. En cambio, pensé que, si daba, obtendría más de Dios. Tenía expectativas de cómo Él debería trabajar basado en mi obediencia. Tomé la decisión de dar con la motivación de que Dios me daría algo financiero a cambio. Debí haber dado desde la oración reflexiva y la confianza en la bondad de Dios, sin importar el resultado. 

A la viuda que ayudó a Elías en I Reyes 17 con lo último de su aceite y harina se le prometió que "la vasija de harina no se agotará y la jarra de aceite no se secará", pero aun así tuvo que confiar en que Dios proveería.  De todos modos, dio.  La viuda pobre que dio dos monedas en el plato de la ofrenda (Marcos 12:42) no tenía garantizada la salud y la riqueza por su generosidad. Y no sabemos lo que le ocurrió. 

No podemos saber cómo nos bendecirá Dios cuando seamos obedientes al dar. Puede ser en esta Tierra, y puede ser en el Cielo. Puedo garantizarte que no será de la manera que esperas. 

A pesar de las dificultades financieras, me alegro de haber elegido dar. Aprendí mucho sobre Dios y sobre mí misma a través de esa experiencia. Ahora estoy más en sintonía con mis motivos cuando hago algo, ya sea dar económicamente, mi tiempo u otros recursos. Me aseguro de dar con un corazón alegre y no con la expectativa de algo a cambio. Ahora puedo ver la bondad de Dios en ese cargo por sobregiro. Él tenía algo mucho más grande que enseñarme. 

Demos generosamente, no para obtener algo a cambio, sino porque Dios nos ha dado tan generosamente. 

ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Danielle (Dani) Rupp creció en un pequeño pueblo de Ohio y es una verdadera fanática de los Buckeyes, aunque trata de no ser odiosa al respecto. En 2011 llegó a Pensilvania para obtener su Maestría en Trabajo Social. Después de la graduación Dani aceptó un puesto como terapeuta de salud mental para niños y adolescentes en Coatesville. También fue niñera durante varios años. Durante ese tiempo vivió en Kennett Square y asistió Willowdale Chapel. Regresó hace varios años del sur de Asia, donde aprendió a tolerar la comida picante y a cruzar las carreteras sin ser atropellada, además de ser voluntaria en la Misión Internacional de Justicia en su Departamento de Atención Posterior. En su tiempo libre, Dani disfruta de ir a viajes misioneros/viajes, correr, leer, y conectarse con sus seres queridos-preferiblemente con un café y un dulce.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Silvia Cubos nació en la ciudad de México, y se crio en la ciudad de Toluca, es la mayor de 5 hermanos.

Estudió comunicación y después de graduarse llegó a este país en 1996 donde tuvo la oportunidad de estudiar Ingles y Educación temprana. Silvia ha trabajado como maestra, interprete y trabajadora social.

Desde los 17 años Silvia ha sentido el llamado de servir al Señor y orar por las necesidades de otros, ahora lo hace en Willowdale en Español desde 2019. Silvia disfruta cocinar comida mexicana, caminar al aire libre con sus dos hijas y su perro; para terminar el día le gusta disfrutar de un helado de fresa.