El Laberinto

Cuando mi querida amiga me invitó hace poco a pasar una hora con ella en un laberinto de oración, me sentí intrigada y a la vez preocupada por no ser capaz de aquietarme lo suficiente como para lograrlo.  Dependiendo del tipo de perfil de personalidad que se utilice, soy una persona del eneagrama 3, tipo A, león, toro/cordero y hacedora (a menudo hasta la saciedad). Tenía "gente que ver, lugares a los que ir" y 10.000 cosas que hacer. No tenía ni idea de qué esperar, pero acepté dedicar una hora de mi tiempo a esta experiencia. Para mí, resultó ser profundamente emotiva y significativa.

Mis amigos se burlan de mí por ser un cerebrito porque me gusta buscar palabras en el diccionario. ¿Sabes cuál es la diferencia entre un laberinto y un ambage? Un laberinto tiene una única ruta de paso con giros y vueltas, pero sin ramas, mientras que un ambage es un camino confuso que tiene muchas ramas, opciones de camino y callejones sin salida. En un laberinto sólo hay una entrada y una salida, pero en un ambage puedes equivocarte de camino y acabar en un callejón sin salida. 

Nos encontramos en el Museo de Arte de Delaware y, para mi sorpresa, había un gran laberinto detrás del estacionamiento. El espacio era antiguamente un embalse y está situado en el bosque con un muro de contención redondo alrededor del espacio. El sol brillaba, pero el aire era muy fresco y los árboles verdes se asomaban por encima del muro. Estaba sorprendentemente tranquilo; sólo se oía el canto de los pájaros. Cuando entramos, sentí algo que sólo puedo describir como mágico, lo cual puede no ser una palabra cristiana, pero al final me di cuenta de que era una experiencia espiritual. 

Se nos explicó que caminar por el laberinto era una práctica de oración con tres partes:

  1. Al entrar, era el momento de soltar, de dejar cargas y distracciones o de acudir a Dios con una pregunta. 

  2. Al llegar al centro, podíamos quedarnos todo el tiempo que quisiéramos allí, escuchando en silencio, descansando con Dios, recibiendo lo que Dios pudiera ofrecer. 

  3. Y luego, cuando salíamos del laberinto, volvíamos simbólicamente a la vida con un enfoque más intencional para unirnos a la obra de Dios en el mundo. 

Como soy del tipo A, me preocupaba no hacerlo correctamente... pero luego me di cuenta de que no había ninguna expectativa o "forma correcta" de hacerlo. La líder, Amy, me hizo parar un momento antes de entrar. Al llegar a la primera curva, empecé a llorar. No puedo decirte por qué exactamente, pero creo que fue porque rara vez hago una pausa completa. Me vinieron las palabras "Sólo sé". Pasé los siguientes 40 minutos caminando lentamente por el laberinto, deteniéndome en cada giro. 

Ese día liberé muchas cosas. Por ejemplo, una de las cosas de las que me convencí fue de la facilidad con la que me molestaban las personas que se interponían en mi camino para cumplir con mi lista de cosas por hacer. Dios me mostró muchos ejemplos de esto en mi vida durante esta caminata. 

Cuando llegué al centro, me senté en una de las grandes piedras que había allí y simplemente "recibí" a Dios. Me sentí vacía de mí misma en ese momento y fui muy consciente de mi necesidad de Él. Pensé en el Salmo 46:10: "Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios..." Al igual que este mensaje a Israel en el Antiguo Testamento, Dios estaba diciendo "deja de esforzarte" y abre mis ojos a quién es Él. No puedo hacer esto si nunca me detengo y miro.

Por último, al salir del laberinto, pensé en la palabra regresar. La hora me pareció demasiado corta, me hubiera gustado pasar más tiempo allí. Sin embargo, no podía quedarme en esa soledad, tenía que volver a mi vida pero quería llevarme ese sentimiento. Quería llevarme la ausencia de mí mismo y mi dependencia de Dios. Quería seguir escuchando. 

In 1 Reyes 19:11-12 Cuando Elías se sentía muy cansado y temeroso, Dios le dijo: “Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí.” Como heraldo del Señor vino un viento recio, tan violento que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto. 12 Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo.

Si no escucho, me perderé el susurro bajo, la pequeña y tranquila voz de Dios. Como el laberinto, sólo hay un camino hacia Dios: a través del Salvador y Redentor, Jesús. Y consideremos cómo vivió Jesús aquí en la Tierra. A menudo se apartaba del bullicio y se retiraba a un lugar solitario. Se alejaba para orar y estar en comunión con Dios.

Quiero animarte a que te tomes un tiempo para hacer una pausa y dejar que Dios hable. Todos necesitamos algo de silencio en nuestras vidas. Todos necesitamos oportunidades para que Dios nos hable. Tus tendencias o tus problemas pueden ser muy diferentes a los míos, pero Dios tiene algo que decirnos a cada uno de nosotros. La temporada de fiestas pronto estará aquí, y te animo a incorporar algo de soledad y oración en tu vida antes de que comience. Te animo a que te des una hora o más de silencio y le des a Dios la oportunidad de hablarte. Soltar-Recibir-Regresar. El laberinto es una forma maravillosa de hacer esto, pero si no puedes lograrlo, simplemente apaga los teléfonos, el ruido, las distracciones y pasa algo de tiempo con Dios. Él te ama y quiere tener una relación contigo. Sólo escucha Su pequeña y tranquila voz. 

Si estás interesado en hacer una experiencia de laberinto, puedes hacerlo por tu cuenta en el Museo de Arte de Delaware o ponerte en contacto con la persona que dirigió nuestra experiencia: Amy Knorr, M.A. Formación Espiritual, Seminario Teológico de North Park; amycknorr@gmail.com. (El museo está cerrado los lunes, lo que hace que sea un gran día para utilizar el laberinto). 

ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Bonnie Kotler y su esposo Mitch tienen dos hijas, tres hijos, cuatro nietos y tres perritos. Fue ama de casa durante muchos años antes de regresar a la fuerza laboral después de recibir su Maestría en Consejería y Relaciones Humanas de la Universidad de Villanova. Ella es una consejera profesional licenciada en The Peacemaker Center y en su consultorio privado, True North Counseling. Bonnie ha estado en el equipo de enseñanza del ministerio de mujeres de Willowdale desde 2012. Los estudios Bíblicos han sido una parte importante en su caminar como creyente, y a su vez, le encanta ayudar a otras mujeres a encontrar la paz con Dios y crecer en su fe. Le gusta escribir material para el estudio Bíblico, leer ficción, pasar tiempo con la familia y hacer cualquier cosa bajo el sol. A Bonnie le encanta reír y considera que la risa es la mejor medicina. Salmo 126:2

 ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Maritza Zavala Smith nació en Guanajuato, México, y se trasladó a los Estados Unidos cuando tenía siete años. Estudió Salud Pública en Penn State, donde conoció a su esposo. Llevan 8 años casados y tienen dos niños gemelos y una bebe. A Maritza le encanta viajar y bailar salsa. Cuando no está deleitándose con el té verde matcha con leche y estando al aire libre con sus seres queridos, puedes encontrarla aventurándose con su tribu a través de los libros.

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