Compartir tu fe exactamente donde estás.

¿Dónde y cuándo empiezo a compartir el Evangelio? ¿Debo esperar a llegar a cierto punto de mi vida y ser más espiritual? ¿Necesito tener una vocación como pastora o maestra espiritual para ser eficaz en discipular a otros sobre quién es Jesús?

Cuando encontré a Jesús por primera vez en la capilla de mi preparatoria, supe que quería contarle a todo el mundo quién era este Dios amoroso. Estaba rebosante de asombro y emoción por la gracia salvadora de Cristo. Prometí que algún día sería misionera y serviría en los barrios pobres, porque me gustaba mucho el sentido de comunidad que se podía crear en la ciudad.

Lo tenía todo planeado. Crecí pasando mucho tiempo con mis abuelos en Filadelfia. Trabajaba con grupos de jóvenes en una iglesia de Kensington y me imaginaba compartiendo mi pasión por el deporte con todos los alumnos.

Muchos años después: No trabajo para una iglesia, ni vivo en Filadelfia, ¡y he aprendido que a los estudiantes les gusta hacer mucho más que deportes! Soy voluntaria en el ministerio juvenil, que me encanta, pero poco a poco he aprendido con el tiempo que Dios quiere que proclamemos el Evangelio no en escenarios aislados, sino exactamente donde Él te puso. Creo que lo que Él quiere es un entrelazamiento de las relaciones cotidianas, las actividades y las comunidades justo donde El te ha colocado. El llamado que Dios pone en tu corazón es justo el lugar para servir y discipular. De hecho, Él quiere usar esa vocación -estudiante, ama de casa, educadora, profesional de negocios o jubilada- y los dones que Él te ha dado para difundir este asombroso mensaje de amor, gracia, perdón y reconciliación.

Tomemos al Pablo del Nuevo Testamento. Era un fabricante de tiendas. Podría haber sido apoyado por las iglesias para animar a los demás y utilizar su testimonio para atraer a otros a Cristo. Pero, en lugar de eso, Pablo utilizó su trabajo como fabricante de tiendas para poder ir al  las comunidades donde se encontraban. Sus viajes y desplazamientos por todo el mundo seguían teniendo un enfoque misionero. A la iglesia de Roma, comienza diciendo: "Porque no me avergüenzo del Evangelio, pues es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree..." (Romanos 1:16) En Filipenses, le dice a la iglesia que su encarcelamiento sólo tenía el propósito de hacer avanzar la causa del Evangelio (Filipenses 1:12). Como escritor de la mayoría de las cartas del Nuevo Testamento, Pablo nos da ejemplo de cómo podemos vivir esto.

Mejor aún, ¿qué hay del ejemplo de Jesús? Como Rey y Salvador, podría haber venido fácilmente a la tierra sentado en un trono, como los reyes anteriores, dictando el culto como Él quería porque Él es Dios. Pero nunca ha habido un ser humano más humilde y amoroso que caminara en nuestros zapatos, totalmente Dios y totalmente hombre, compartiendo el mensaje de la gracia y la eternidad. Jesús vivió sus días como carpintero, pero dondequiera que iba era una oportunidad para compartir acerca de la eternidad con su Padre en el cielo. Se le ve haciendo esto en el mercado, en el templo, y la lista continúa a través de tus libros favoritos de los evangelios.

Para aquellos de ustedes que, como yo, han encontrado a nuestro Padre y amigo, Jesús, que bendecidos somos. ¿Qué te impide utilizar tus momentos cotidianos para compartir tu fe y lo que Él significa para ti? Te animo a entrelazar tu vida de tal manera que tu corazón se desborde hacia tu familia, amigos, hijos y aquellos que necesitan este mensaje. Yo necesito el estímulo para hacer lo mismo, así que busco la rendición de cuentas. Practica tu historia de fe. Compartamos acerca de Jesús como lo hicimos cuando lo conocimos.

“Vuelve a tu casa y cuenta todo 

lo que Dios ha hecho por ti.”

Así que el hombre se fue

 y proclamó por todo el pueblo 

lo mucho que Jesús había hecho por él.

Lucas 8:39


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Susan Veenema y su esposo, Jeremy, aman explorar el condado de Chester con sus dos hijas biológicas mayores y sus tres hijos adoptados. Susan ha estado en la educación durante casi 20 años apoyando a los niños con discapacidades y sus familias. Actualmente trabaja en el Departamento de Educación. Una de sus mayores alegrías es dirigir el estudio bíblico de mujeres los jueves por la noche y su grupo comunitario de parejas. La gente es su pasión. Le encanta leer, escribir y estudiar todo, desde la historia hasta las ciencias sociales y la iglesia primitiva. Siempre encontrará a su lado a su fiel perro German Shorthaired Pointer.


ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Maritza Zavala Smith nació en Guanajuato, México, y se trasladó a los Estados Unidos cuando tenía siete años. Estudió Salud Pública en Penn State, donde conoció a su esposo. Llevan 8 años casados y tienen dos niños gemelos y una bebe. A Maritza le encanta viajar y bailar salsa. Cuando no está deleitándose con el té verde matcha con leche y estando al aire libre con sus seres queridos, puedes encontrarla aventurándose con su tribu a través de los libros.