Auld Lang Syne y Reflexiones sobre un Año Transcurrido

Auld Lang Syne - Si ha estado despierto hasta medianoche en Nochevieja, has oído esta canción. Muchos intentamos cantarla, pero muy pocos sabemos la letra. De hecho, se calcula que sólo el 3% de la gente se sabe la letra (probablemente basado en alguna encuesta al azar afuera de un super mercado por un periodista desconocido en un artículo ahora olvidado).  A mí esa cifra me parece alta.

Estas palabras proceden de un poema escrito por el poeta escocés Robert Burns en 1788. Básicamente, las palabras auld lang syne significan "viejo desde hace tiempo", traducido aproximadamente como "tiempos pasados". Se cree que el poema procede de una canción popular escocesa escrita para despedir el año en curso. 

Ahora que pasa el año viejo y empieza el nuevo, creo que merece la pena tomarse un momento para reflexionar y recordar. En el libro del Génesis de la Biblia, Dios le dice varias veces al pueblo que se detenga y construya un altar. Esta orden fue dada a Moisés, Abraham e Isaac para conmemorar el lugar donde tuvieron un encuentro con Dios, para dar gracias y para recordarles la fidelidad de Dios.(Génesis  8:20, 12:7, 22:9, 26:25).

Hay algo en este concepto de mirar hacia atrás en el año para recordar tanto los buenos como los malos momentos. Un año que destaca para mí en términos de reflexión, fue 2020, un año que mirando hacia atrás fue super significativo para mí. De un vistazo rápido, habría dicho que fue un año de parones y decepciones. Habría dicho que fue un año lleno de miedo e incertidumbre. Habría dicho que todos los cambios provocaron cierta ansiedad. Fue un año en el que experimentamos los bajos fondos de la humanidad (en lo que respecta a las cuestiones raciales sacadas a la luz con la muerte de George Floyd). Pero durante la semana entre Navidad y Año Nuevo, hice un álbum de fotos para recordar el año. (No soy experta en tecnología, pero no es difícil hacerlo con un teléfono y una computadora). Para mi sorpresa, al revisar mis fotos del año, vi todo lo bueno del año también. Había fotos de amigos fuera alrededor de nuestro foso de fuego, reuniones familiares en el garaje, y un montón de entretenimiento en el porche; mi año todavía estaba lleno de familia y amigos, sólo que parecía diferente. Vi la fidelidad de Dios al mirar mis fotos. Al reflexionar sobre el año, me di cuenta de lo mucho que había aprendido y crecido.  Literalmente, mirar hacia atrás en las fotos, me recordó cómo Dios había cuidado de mí en el año. 

O si miro hacia atrás en este año en curso, ha habido algunos conflictos incómodos en mi familia extendida que me han dejado inquieta, y luego la semana pasada falleció un miembro de la familia. Si me concentro en lo que estoy sintiendo, sería fácil para mí decir en la víspera de Año Nuevo, “este ha sido un año difícil”. Si bien es cierto que ha habido cosas difíciles, también ha habido mucho por lo que puedo estar agradecida. Tengo familia, amigos, salud y un techo sobre mi cabeza. Pertenezco a una iglesia que cree en la Biblia y tengo la libertad de adorar como me plazca, cuando me plazca. Además, mis fotos revelan que me he divertido mucho este año. Mi album de fotos del año muestra la buena vida que he vivido.

Quizá no seas de los que toman fotos, pero te animo a que te pares a reflexionar. Tal vez hayas escrito un diario de vez en cuando, o tal vez podrías repasar tu calendario para ver lo que incluyó tu año. Tal vez tu año fue extremadamente difícil y tu mente se dirige inmediatamente a esa horrible experiencia o pérdida. No quiero pasar por alto tu dolor.

Como consejera de salud mental, puedo decirte que el proceso de buscar lo bueno es muy beneficioso. Si pensamos continuamente sólo en las cosas negativas de nuestra vida, nuestro cerebro se queda atascado en esa dirección. Detenernos y ver lo bueno puede ayudar físicamente a que las neuronas de nuestro cerebro empiecen a dispararse en una dirección diferente (más positiva). 

Mirar hacia atrás en el año nos da un vehículo para recordar la bondad y la misericordia de Dios. No importa por lo que haya pasado en la vida, en retrospectiva, puedo ver la mano de Dios actuando. No siempre puedo verlo en el momento (o tal vez ni siquiera en el año en curso), pero cuando miro hacia atrás, siempre puedo ver Su provisión y misericordia. Esto no es lo mismo que decir que siempre me gusta la situación en la que me encuentro, pero puedo ver Su presencia en la situación. La reflexión es una manera de ver el cuidado que Dios tiene por mí. 

Este año me estoy haciendo algunas preguntas:

¿Qué puedo aprender de este último año? 

¿Lo he vivido bien? 

¿Es este ajetreo lo que Dios tiene para mí? 

¿Las cosas que estoy haciendo son lo mejor que Dios tiene para mí? 

¿Cómo me gustaría vivir el próximo año de manera diferente?

He decidido elegir una palabra y un "versículo del año" para 2023. Estoy buscando la dirección de Dios al respecto. Le estoy preguntando qué quiere Él para mí en esta área. Mi elección principal para el versículo del año en este momento es: 

Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo. Proverbios 18:10.

No estoy segura de la(s) palabra(s), pero creo que sé en qué dirección vamos; parece ser algo así como: pausa, simplificar, respirar o estar quietos. Pienso orar continuamente sobre este versículo y esta palabra y pedirle a Dios que me muestre cómo vivirlos en 2023. 

Independientemente del año que hayas tenido, te animo a pensar en 2023 como un nuevo comienzo. Dios es un Dios de nuevos comienzos: 

«Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo!  Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.  Isaías 43:18-19

He aquí algunos versículos que tal vez desee considerar al pensar en los nuevos comienzos de un nuevo año. 

FELIZ AÑO NUEVO. Que en 2023 sientas la paz y la presencia de Dios como nunca antes. 

Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos.  Efesios 1:18-19

Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:13-14

Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables. 1 Pedro 5:10

El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor. Proverbios 19:21

Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti. Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos. No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad. Proverbios 4:25-27

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11


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Bonnie Kotler y su esposo Mitch tienen dos hijas, tres hijos, cuatro nietos y tres perritos. Fue ama de casa durante muchos años antes de regresar a la fuerza laboral después de recibir su Maestría en Consejería y Relaciones Humanas de la Universidad de Villanova. Ella es una consejera profesional licenciada en The Peacemaker Center y en su consultorio privado, True North Counseling. Bonnie ha estado en el equipo de enseñanza del ministerio de mujeres de Willowdale desde 2012. Los estudios Bíblicos han sido una parte importante en su caminar como creyente, y a su vez, le encanta ayudar a otras mujeres a encontrar la paz con Dios y crecer en su fe. Le gusta escribir material para el estudio Bíblico, leer ficción, pasar tiempo con la familia y hacer cualquier cosa bajo el sol. A Bonnie le encanta reír y considera que la risa es la mejor medicina. Salmo 126:2

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Maritza Zavala Smith nació en Guanajuato, México, y se trasladó a los Estados Unidos cuando tenía siete años. Estudió Salud Pública en Penn State, donde conoció a su esposo. Llevan 8 años casados y tienen dos niños gemelos y una bebe. A Maritza le encanta viajar y bailar salsa. Cuando no está deleitándose con el té verde matcha con leche y estando al aire libre con sus seres queridos, puedes encontrarla aventurándose con su tribu a través de los libros.