Cómo cuidar el corazón

Cuando pienso en cuidar el corazón, me vienen a la mente tres experiencias. 

La primera es la pastoral infantil de hace unos años, cuando hicimos una representación titulada "Cirugía cardíaca". Los actores, en su mayoría niños, corrieron a clasificar al paciente enfermo. Era necesario una intervención quirúrgica inmediata, que se llevó a cabo detrás de una pantalla en la que un foco proyectaba la acción como una sombra. Se utilizaron todos los accesorios de gran tamaño, como sierras, cuchillos, agujas enormes y suturas de hilo, para simular la técnica "quirúrgica". Se utilizó un mazo de goma para administrar la "anestesia". Aunque las payasadas eran exageradas, el diálogo trataba el tema de un corazón espiritualmente enfermo e ilustraba la necesidad de extirpar el pecado o la rebelión. El médico concluyó el procedimiento despertando al paciente y dándole recetas para mantener su corazón espiritualmente sano, incluyendo la lectura de la Biblia y la confesión. Sonrío cuando pienso en la disparatada operación proyectada en la pantalla. 

La segunda fue cuando me senté en la sala de espera de cirugía cardiaca: la primera vez cuando operaron a mi esposo a corazón abierto; la segunda con mi cuñada mientras le operaba la aorta a mi hermano. La intervención de mi hermano requirió dos días enteros de cirugía. Pasé el segundo día con ella y su hijo, de un año, en una sala de espera. Al cabo de ocho horas, el cirujano, que parecía completamente agotado, informó que la operación había sido un éxito. Fueron experiencias duras de presenciar y agotadoras para los pacientes. Pero la salud del corazón requiere a veces medidas drásticas.

Nuestros corazones espirituales también necesitan atención, lo que me trae a la mente la tercera experiencia: podar tomateras. Para mí es una metáfora del trabajo espiritual de cuidar mi corazón. Tengo pocas tomateras. La mayoría de las semanas podo las hojas muertas o las ramas más débiles para mantenerlas sanas. Incluso esas pocas plantas exigen una hora para podar lo que sea necesario y podar los tallos pesados. Si las descuido, los tomates maduros se pierden en la maraña de hojas moribundas y ramas enredadas, y se pudren días después.  

Cuidar el corazón implica una revisión periódica del corazón ante Dios. David da dos grandes ejemplos de cómo buscar la guía de Dios para purificar nuestros corazones. En el Salmo 19:14 suplica a su Roca y Redentor: "Sean gratos a tus ojos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón". En el Salmo 139:23-24, David pide a Dios que examine su corazón y "vea si hay en él camino de pecado".

Examinar mi corazón significa pedir a Dios que me revele dónde están equivocadas mis actitudes o dónde me rebelo contra Él. En el fondo, sé que la rebelión acecha en mi corazón porque tengo voluntad y porque el yo clama cada día por su camino. Al sentir Su guía, debo confesar mis pecados y omisiones muy específicamente. Aquí reconozco que no hago de esto una práctica. Descuido este enfoque disciplinado para experimentar el perdón fiel de Dios porque me centro demasiado fácilmente en las cosas que quiero de Él.

A medida que vuelvo a aprender que puedo confiarle mi pecado y el cuidado de mi corazón, me propongo conocer mejor a mi Redentor. A medida que Él purga el pecado, hay lugar para más de Él y de Su gracia sanadora.

Aquí hay esperanza de curación, Isaías 57:15:

Porque así dice Aquel que es alto y sublime,

que habita la eternidad, cuyo nombre es Santo:

"Yo habito en el lugar alto y santo,

y también con el de espíritu contrito y humillado,

para reanimar el espíritu de los humildes,

y para reanimar el corazón de los contritos".


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Linnea Tideman siempre ha disfrutado compartiendo historias. Su infancia en New Hampshire y su herencia sueca le han proporcionado una gran cantidad de experiencias, pero también la base de su fe. Le gustan los proyectos creativos, los viajes, los libros, la costura, la jardinería, pero sobre todo la hospitalidad, a menudo organiza elegantes tés y ocasionalmente algo grandioso como recrear la cena en el Titanic. Sirve en los ministerios de UrbanPromise y Good Neighbors. Linnea vive en Landenberg con su esposo Dave. Tienen tres hijas mayores. Ella espera que sus escritos reflejen cómo Dios continúa revelándose a nosotros como nuestro pastor y Salvador.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Liliana Daza es la hermana mayor de 4 hijas de una familia colombiana muy conservadora. Oriundos de un pequeño pueblo ubicado en el Oriente de Colombia en frontera con Venezuela donde creció y pasó su niñez. Luego se mudó a la capital para terminar sus estudios superiores en el área de tecnología. En el año 2011 se trasladó a los Estados Unidos junto con su familia debido a una oportunidad laboral. Desde temprano, Liliana ha sentido un llamado para servir y apoyar a la comunidad, por lo que aprovecha cada oportunidad que Dios pone en su camino para este propósito. Liliana disfruta de un buen café negro, viajar, comer buena comida, especialmente cuando viaja. Liliana hace parte de la Iglesia Willowdale en español casi desde sus inicios.