Ayudando a Los que Están en Duelo

Hoy hace exactamente un año recibí la llamada telefónica que nadie quiere recibir jamás. Mi papá había muerto en un accidente de trabajo. Pasé el día en estado de shock: incapaz de llorar de verdad, mi corazón se sentía pesado y triste. Amigos y familiares se acercaron de inmediato. Creo que respondí. Es todo borroso. Con la ayuda de amigos, de alguna manera logré reservar un vuelo y empacar una maleta para volar a la mañana siguiente a Ohio, de donde soy. Recuerdo que quería llegar a casa lo antes posible para estar con mi familia, pero también temía verlos porque haría que todo fuera demasiado real. Los siguientes días fueron una oleada de actividad mientras organizamos un velorio y un servicio conmemorativo. Hubo un gran apoyo de la comunidad que fue muy conmovedor. Mucha gente compartió historias sobre mi papá y lo que significó para ellos. Fueron un bálsamo para mi corazón herido, pero aun así fue una de las cosas más difíciles por las que he pasado.

No puedo creer que haya pasado un año desde que murió. En algunos aspectos parece como si el accidente acabara de ocurrir, y en otros parece como si hubiera ocurrido hace toda una vida. El tiempo y el dolor son extraños en ese sentido. Aunque todavía estoy al comienzo de este viaje de duelo, aquí hay algunas cosas que me han ayudado.

Mucha gente me envió tarjetas y tarjetas de regalo, me envió mensajes de texto, me llamó y me apoyó. La mayoría no sabía qué hacer o decir, lo cual estaba bien. Yo tampoco lo sabía. Pero fueron valientes y entraron en el dolor conmigo. Es muy importante apoyarse en situaciones que son dolorosas. A veces no sé qué hacer o decir y no hago nada, pero sé que hay una mejor respuesta. Tal vez Dios te esté recordando a alguien a quien has estado evitando acercarte. Detente ahora mismo y envíales una tarjeta, envíales un mensaje de texto, reúnete para tomar un café; haz algo. Realmente significa mucho.

También me he aferrado al versículo Salmo 34:18 – Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Dios no huye de nuestro dolor. Él siempre está cerca, pero especialmente cuando atravesamos momentos difíciles. Mi corazón se sintió roto el año pasado y mi espíritu aplastado, pero siempre supe que podía clamar a Dios y Él me escucharía y me consolaría. Él no eliminó el dolor, pero lo hizo soportable.

Asimismo, la canción Tears on Your Face (Lagrimas en Tu Cara) de Bethany Barnard ha sido algo a lo que he recurrido a menudo. Parte de la canción dice: 

No ves desde lejos

Vienes a sentarte conmigo y a llorar conmigo.

Y veo lágrimas en tu cara

Esas imágenes realmente me ayudan y me alientan. Dios no está lejos. Él se acerca y está con nosotros en nuestro dolor. Aún más que eso, Él lo siente con nosotros. Llora con y por nosotros.

Aunque este último año ha sido desgarradoramente difícil, estoy agradecido por los amigos y familiares que me han ayudado a mantenerme en el camino de la fe. Doy gracias por un Dios que siempre está cerca. Y estoy eternamente agradecido por la esperanza del cielo.


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Danielle (Dani) Rupp creció en un pequeño pueblo de Ohio y es una verdadera fanática de los Buckeyes, aunque trata de no ser odiosa al respecto. En 2011 llegó a Pensilvania para obtener su Maestría en Trabajo Social. Después de la graduación Dani aceptó un puesto como terapeuta de salud mental para niños y adolescentes en Coatesville. También fue niñera durante varios años. Durante ese tiempo vivió en Kennett Square y asistió Willowdale Chapel. Regresó hace varios años del sur de Asia, donde aprendió a tolerar la comida picante y a cruzar las carreteras sin ser atropellada, además de ser voluntaria en la Misión Internacional de Justicia en su Departamento de Atención Posterior. En su tiempo libre, Dani disfruta de ir a viajes misioneros/viajes, correr, leer, y conectarse con sus seres queridos-preferiblemente con un café y un dulce.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Ana León nació en México y emigró a los Estados Unidos a los 9 años. Vivía en Kennett Square, pero su familia se mudó a Delaware, donde Ana conoció a su novio de la secundaria con quien ha estado casada por más de 10 años. Son padres de dos niños, uno de 11 años y otro de 9 años. Ana ha traducido e interpretado profesionalmente por más de 11 años. Se unió a Willowdale En Español en el 2018 y es una de las intérpretes del servicio. En su tiempo libre le gusta ir a la playa, pintar, leer, y escribir. Ana está muy emocionada de ser parte del blog porque siente que es una forma para que las mujeres se conecten y sigan acercándose a Dios.