Cómo Encontré la Plenitud Tras Mi Diagnóstico de Salud Mental

Mayo es el Mes de la Concientización sobre la Salud Mental. A lo largo de las próximas semanas, varios blogueros escribirán sobre distintos aspectos de la salud mental. Esperamos que lo que se comparta sea significativo y útil para usted.

Durante casi 30 años, he vivido con un diagnóstico clínico de una enfermedad mental. Durante la primera mitad de mi vida, después de oír las palabras "trastorno bipolar", me escondía tras una cortina de vergüenza sin querer que nadie lo supiera. Sentía como una sombra flotando sobre mí como si yo navegaba desarrollando un ciclo de sueño, mientras los demás podían seguir despiertos hasta más tarde como quisieran. Luchaba contra el aumento de peso, ya que la medicación que tomaba me añadía kilos de más. Era como si estuviera ocultando este secreto que significaría perder la confianza de mis amigos y familiares en mis habilidades y competencia. No quería que nadie lo supiera y me lamentaba: "¿Por qué yo, Señor, ¿por qué?".

Me encontré aferrándome a los Salmos con desesperación:

Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza;
    en ti he confiado desde mi juventud.
De ti he dependido desde que nací;
    del vientre materno me hiciste nacer.
  ¡Por siempre te alabaré!
Para muchos, soy motivo de asombro,
    pero tú eres mi refugio inconmovible.

Salmo 71: 5-7

El versículo siete dice que a pesar de lo que siento, ¡mi vida es un ejemplo gracias a Él! Muestra Su fuerza y protección; la historia de mi vida no es algo que yo tenga que ser o hacer. Mi diagnóstico no define el valor de mi vida. 

Estar en su Palabra y establecer relaciones afectuosas con nuevas personas me permitió abrir mi círculo. Por fin me sentí cómoda hablando de mi enfermedad mental. 

Crecí más y más en la confianza de quién soy en Cristo:

Una hija del Rey, que me amó lo suficiente como para morir en un madero del Calvario.

  • Una hija de Dios, que fue creada a Su Imagen.

  • Una amiga que fue dotada con los Frutos del Espíritu debido a mi relación con un Dios trino.

Estoy capacitada, no por lo que soy, sino formada enteramente y liberada porque Él es todo y todo lo que necesitamos. Cuando entramos en el reino de Dios, recibimos todas las bendiciones espirituales que ofrece la bondad de Dios. Para mí es importante recordar esto a pesar de mis sentimientos o mi estado de ánimo. También aprendí que Dios utiliza incluso mis partes más débiles para crecer más cerca de Él, hacer avanzar el reino e incluso darle gloria con mis pequeñas ofrendas.

Mi aliento a todos los que viven con la salud mental o están aprendiendo sobre ella es que confíen en Dios, ante todo. Aferrarse al amor misericordioso y la paz que sólo pueden encontrarse en Él. 

Pero también, combina tu relación con Dios con un buen profesional de la salud mental y, cuando sea necesario, con medicación. Esto no te hace menos. O débil. O loco. O enfermo. Tenemos que sustituir estas palabras que nos decimos a nosotros mismas o que oímos en la sociedad por la forma en que nos ve nuestro Dios. 

Hermosas. Enteras. Completas. 


ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA

Susan Veenema y su esposo, Jeremy, aman explorar el condado de Chester con sus dos hijas biológicas mayores y sus tres hijos adoptados. Susan ha estado en la educación durante casi 20 años apoyando a los niños con discapacidades y sus familias. Actualmente trabaja en el Departamento de Educación. Una de sus mayores alegrías es dirigir el estudio bíblico de mujeres los jueves por la noche y su grupo comunitario de parejas. La gente es su pasión. Le encanta leer, escribir y estudiar todo, desde la historia hasta las ciencias sociales y la iglesia primitiva. Siempre encontrará a su lado a su fiel perro German Shorthaired Pointer.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA

Liliana Daza es la hermana mayor de 4 hijas de una familia colombiana muy conservadora. Oriundos de un pequeño pueblo ubicado en el Oriente de Colombia en frontera con Venezuela donde creció y pasó su niñez. Luego se mudó a la capital para terminar sus estudios superiores en el área de tecnología. En el año 2011 se trasladó a los Estados Unidos junto con su familia debido a una oportunidad laboral. Desde temprano, Liliana ha sentido un llamado para servir y apoyar a la comunidad, por lo que aprovecha cada oportunidad que Dios pone en su camino para este propósito. Liliana disfruta de un buen café negro, viajar, comer buena comida, especialmente cuando viaja. Liliana hace parte de la Iglesia Willowdale en español casi desde sus inicios.