God works in the mundane

La bendición de lo cotidiano

La bendición de lo cotidiano

Hoy necesitaba hacer la compra. Casi no me quedaba nada esencial (café, mantequilla de cacahuete, papel higiénico).  Pero realmente no quería. Estaba cansada y hambrienta. Necesitaba llegar a casa para escribir este blog.  Además, hacía viento y posiblemente iba a empezar a llover (no sé por qué el tiempo influye en esta actividad que se realiza principalmente en interiores, pero lo hace). Tenía muchas excusas, pero al final me decidí a hacerlo. Así que me dediqué a recoger cosas de los estantes y ponerlas en el carrito, después en la banda de la tienda, embolsarlas, volver a ponerlas en el carrito, ponerlas en el coche, sacarlas del coche y, por último, desempaquetarlas en casa. Es todo un proceso. Y tan cotidiano, como la mayoría de las tareas.