Usando tus dones para la gloria de Dios

¿Alguna vez has visto a alguien que parece estar haciendo todo bien para Dios, enseñando estudios bíblicos, dirigiendo la alabanza, mentoreando a otros, y has pensado: "Ese nunca podría ser yo"? Quizás te has preguntado cuáles son tus dones, o si tienes algo que pueda marcar una diferencia en el Reino de Dios.

Permíteme animarte con esta verdad:

Dios te ha creado con dones únicos, y quiere que los uses para su gloria y para el bien de los demás. 

En 1 Pedro 4:10, se nos recuerda que tienes un propósito.

“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como fieles administradores de la gracia de Dios en sus diversas formas”.

¿Entendiste? Cada uno de ustedes. Eso te incluye.

Tus habilidades, ya sean grandes o pequeñas, son parte del diseño intencional de Dios. Quizás eres bueno organizando, hacer que la gente se sienta bienvenida, escribir, escuchar, crear, liderar, o cuidar de otros. Estas no son sólo características de tu personalidad. Son dones. Y cuando los entregas a Dios, se convierten en herramientas de transformación.

Entonces, ¿por dónde empiezas si no estás seguro de cuáles son tus dones?

Aquí tienes algunas maneras sencillas de explorarlos:

Pídele a Dios en oración que te muestre lo que ha puesto en ti.

Observa qué te energiza al servir: qué surge de forma natural y qué te trae alegría.

Habla con personas de confianza. Muchas veces hay amigos, mentores o líderes de grupos pequeños que suelen reconocer nuestras fortalezas antes que nosotros.

Prueba cosas nuevas. A veces no descubrimos nuestros dones hasta que damos un paso de fe y servimos de manera diferente.

Considera también realizar una evaluación de tus dones espirituales si quieres un punto de partida más estructurado.

El objetivo no es etiquetarte, sino estar abierto a cómo Dios quiere obrar a través de ti. 

Usa tus dones donde te encuentres. No tienes que ser pastor, escritor o misionero para impactar en el Reino. Dios nos llama a ser fieles donde Él nos ha plantado. Esto podría ser así:

Organizar un estudio bíblico para mujeres

Animar a tus compañeros de trabajo con las Escrituras o con la oración

Criar hijos que amen y sigan a Jesús

Organizar comidas para una familia en crisis

Crear arte que muestre la belleza de Dios

Servir café en la iglesia con alegría

Ningún acto de servicio es demasiado pequeño a los ojos de Dios. Cuando le ofrecemos nuestras ofrendas, sin importar el contexto, Él multiplica el impacto. 

Es fácil sentir que nuestra contribución no es importante, a menos que sea grande, pública o elogiada. Pero la verdad es que la fidelidad en las cosas pequeñas le importa profundamente a Dios.

Piensa en la viuda que dio dos monedas (Marcos 12:41-44) o en el niño que ofreció sus cinco panes y dos peces (Juan 6:9). Sus ofrendas no fueron impresionantes para los estándares del mundo, pero en las manos de Dios, se convirtieron en parte de un milagro.

“Todo lo que hagan, trabajen de corazón, como para el Señor...” – Colosenses 3:23 

Si has estado reprimiéndote, preguntándote si tus ofrendas valen la pena, esta es tu señal. Dios te creó con un propósito. El mundo necesita lo que Él ha puesto dentro de ti. Si no sabes por dónde empezar, consulta el sitio web GiftsTest.com para evaluar tus dones espirituales.

Así que no esperes a sentirte "listo". No te compares con los demás. Simplemente empieza desde donde estás, con lo que tienes.

Usa tus dones con valentía y observa cómo Dios obra a través de tu obediencia.

ACERCA DE NUESTRA BLOGUERA:

Susan Veenema y su esposo, Jeremy, aman explorar el condado de Chester con sus dos hijas biológicas mayores y sus tres hijos adoptados. Susan ha estado en la educación durante casi 20 años apoyando a los niños con discapacidades y sus familias. Actualmente trabaja en el Departamento de Educación. Una de sus mayores alegrías es dirigir el estudio bíblico de mujeres los jueves por la noche y su grupo comunitario de parejas. La gente es su pasión. Le encanta leer, escribir y estudiar todo, desde la historia hasta las ciencias sociales y la iglesia primitiva. Siempre encontrará a su lado a su fiel perro German Shorthaired Pointer.

ACERCA DE NUESTRA TRADUCTORA:

Andrea Aballay es de profesión Ingeniera Agrónomo y máster en Ciencia, aunque en los últimos años Dios le ha entregado nuevos dones en el arte de la decoración y manualidades. Ella es muy detallista y comprometida en todas las labores que se le encomiendan. Nació en Santiago de Chile, y tuvo una oportunidad laboral aquí en USA, por lo cual llegó a este país a finales de 2009. Ella está casada con Jorge, tienen dos adorables niños y viven en Delaware. Aunque Andrea y Jorge en Chile estudiaron en la misma universidad, misma carrera y tienen múltiples amigos en común, se conocieron aquí en Estados Unidos (ese fue el plan de Dios). Ambos sirven en el ministerio de niños y en distintos ministerios en el servicio en español. A Andrea le gusta la comida saludable, hacer ejercicios, además le encanta viajar a lugares nuevos, reunirse con sus amigos y conversar con otros, especialmente lo que Dios ha hecho en sus vidas.