Crecí en una zona rural del noroeste de Ohio, y los veranos allí eran los mejores. Fogatas, paseos en motocicleta, verduras frescas del huerto, nadar en el estanque del vecino, asados al aire libre, el sol poniéndose sobre los vibrantes campos de maíz. Pero lo mejor, sin lugar a dudas, eran los momentos en el río en el bote de esquí.